domingo, 7 de febrero de 2010

Querida: Un año más, qué importa, como vino se irá

Este año publicaré varios libros.

Tengo que tener una ambición que se aleje de mí, algo que puesto en el mundo pueda interesarme lo suficiente como para beber la última copa, bailar el último vals y ponerme a trabajar como un condenado.

Fumo, sin saber que lo hago, y el humo me lleva por caminos siempre indeterminados. Me entretengo en las volutas de humo y cuando escribo, aún, el humo tiembla delante de mis ojos como si fuera una mujer enamorada.

Fumo, otra vez, y una vez más sin darme cuenta, para dejar
pasar las horas, para darle tiempo a las palabras que se deseen
entre sí de una manera brutal.

Un verso de esos que la humanidad guarda para siempre.
Que lo brutal no sea el verso sino su permanencia.
Nadie era dueño de sí cuando nos mirábamos.


Miguel Oscar Menassa
De "Poemas y cartas a mi amante joven loca poeta psicoanalista

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