domingo, 18 de enero de 2009

TODOS ME ACONSEJAN QUE ME DEJE LLEVAR. ME DEJÉ LLEVAR UNA VEZ Y CASI ME CIERRAN EL BLOG

Esta tarde cuando quise acostarme la siesta, vestida y tapadita con un doblez que le había hecho a la manta, claramente dormida, ella soñaba y hablaba en voz alta:
"Te quiero pero no te lo puedo decir".
Dos fueron los motivos por los cuales no quise escuchar lo que decía: Primero porque ella estaba durmiendo y no se le podía hacer responsable de lo que estaba diciendo. Y segundo porque yo tenía un sueño de mil demonios.
La miré con cierta ternura, me quité la ropa y me acosté debajo de las mantas. Nada más acostarme, ella se levantó de la cama y se puso a caminar, nerviosa, por la habitación vecina. Yo creía que se estaba desnudando, pasaron como diez minutos, ella entró toda vestidita, se volvió a acostar a un lado de la cama tapándose con una esquinita de la manta y creyendo que yo estaba dormido, dijo en voz alta: "Te quiero pero no te lo puedo decir".
Yo hice como que no la había escuchado y nos quedamos dormidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario